Lo primero que sorprende es su tamaño, es poco más que la tercera parte de un pedal normal. Pero de buena construcción, muy sólido. Tan fácil de usar como pulsar para empezar a grabar (se enciende la luz) y volver a pulsar para parar, eso si, mientras está grabando sube la ganancia, se nota la diferencia de volumen.
En cuanto a la sincronización con el teléfono realmente sencilla. Me bajé la app de la play store y pulsando a la vez los botones del pedal de avanzar y retroceder me lo detectó de inmediato. La App no es nada complicada, te permite controlar lo que vas grabando desde el pedal y pasarlo al teléfono. La transferencia es muy rápida.
No tiene demasiadas opciones la app, tampoco es su función. Pasarlas del teléfono al pedal o viceversa, borrarlas de uno u otro dispositivo o de ambos, enviar y también una pequeña utilidad para recortar. Y por supuesto la opción de compartir lo que has grabado o enviártelo por mail, dropbox, etc. La grabación la hace en mp3.
Lo que me ha llamado mucho la atención y es un gran detalle, es que no nombra cada grabación con una ristra de números y letras, si no que les pone nombre juntando aleatoriamente dos o tres palabras (en inglés, claro) y resulta realmente curioso.
Muy útil me ha parecido también lo de poder seleccionar desde el teléfono si quieres reproducir el tema desde el mismo teléfono o desde el pedal, se puede usar de looper controlado por el teléfono (o tablet).
Realmente una gran compra para incluir en la pedalboard, fabulosa para grabar esos riffs que te vienen a la cabeza mientras estás ensayando o las variaciones que se te ocurren en algún tema que esteis trabajando, o para grabar cómoda y rápidamente y poder enviar al resto de la banda los temas o riffs que os salen mientras estudiáis en casa.