Para poder tocar mínimamente he decidido subir un poco las cuerdas con el viejo truco de acercar un poco el puente al diapasón (*). En mi grupo hay dos luthieres (de hecho, el contrabajo realmente es de ellos) y me estaban diciendo en ese momento que con cuidado cuando....

Mierda, pero lo peor: no he sido sucifientemente rápido para apretar la tapa y el alma se ha soltado también... qué desastre.
Menos mal que mi querido guitarrista y luthier tiene una herramienta para extraer las almas descarriadas del interior de los contrabajos, así que el jueves que viene aprenderé algo nuevo... a no ser un zarpas.
(*) En el contrabajo de casa ya lo había hecho con anterioridad y sin problemas.





