A mí me pasó algo parecido con un grupo, justo cuando ellos más querían tirar palante yo estaba inmerso en plena reorganización en muchos aspectos y no podía dedicarme a todo así que decidí dejar el grupo.
Sin embargo el directo... Es como una relación de amor/odio. Yo lo llegué a odiar muchísimo cuando era más una putada que una diversión. De esa época he adquirido varias precauciones a la hora de decir que sí a un concierto pero no los descarto porque sí. Es más, ahora intentos provocarlos
No veo los conciertos como la meta de los ensayos. Sin embargo tampoco descarto los conciertos. Ensayar para mí es estar un rato con amigos hablando de música, tocando canciones que nos gusten... Eso no suele derivar directamente a conciertos sino a quedar otro día para lo mismo, a salir de fiesta un sábado, otros ensayos... y si todos estamos de acuerdo, al concierto.
Mi visión de un grupo es como algo lúdico y por tanto actúo en consecuencia. Por ejemplo, ahora en navidad me voy a juntar con mis amigos de mi primer grupo para ENSAYAR, esto quiere decir que nos vamos a juntar, a contarnos nuestras vidas, a reirnos un rato y entre medias "tocar un rato". Eso es el ensayo perfecto, para mí. ¿Que luego queremos dar un concierto? Pues vale, siempre por delante irá el pasárnoslo de puta madre: cena del grupo antes de tocar incluyendo a otros colegas, bromas, cerveza, risas, tapica de magra con tomate, etc... y luego el concierto.
En el último grupo que estuve lo primero que les advertí es que primero a ver que tal nos iba como personas mientras hacíamos música y que luego tanto ellos como yo decidiéramos seguir tocando juntos. Si no fuera porque me he venido a Madrid aún tocaría con ellos (es más, el 26 he quedado con ellos pa vernos y tomarnos una cerveza).
Una relación solo para tocar... Si fuera profesional y me ganase la vida con esto vale, hasta aguantaría malos rollos, pero estaría supeditado a eso, a un objetivo laboral. De buen rollo hasta el infinito y más allá
