El articulo original.Una nota no es más que un intervalo respecto de un centro armónico. La base armónica la define el bajo, es el instrumento que da la clave para que todo lo que hacen los demás se pueda entender; por tanto, tocar el bajo es una de las mayores responsabilidades que puede asumir un músico. Una característica de este instrumento es que no hace falta ser muy diestro para tocarlo. Por esta razón, el bajo se suele adjudicar al más trabado del grupo, que muy a menudo también es el más trabado del pueblo, porque con una guitarra o una batería no saldría adelante. Así es que tenemos que la calidad armónica de nuestra música moderna está en manos de la fauna más inconsciente y musicalmente irresponsable de todas las posibles. La mayoría de bajistas no tienen ni la más remota sospecha de la importancia de su trabajo. Para empezar, ni sus novias ni sus madres son capaces de sentir el bajo, y, a partir de que les dicen, no hacen más que pasearse por el diapasón tocando cualquier nota dentro de la escala de la tonalidad, pensando que su tarea es ir haciendo sin parar una melodía que más o menos los mantenga distraídos.
Mi recomendación es que te deshagas del bajista antes posible. No sólo no te ayuda, sino que daña tu música. Si lo que necesitas son graves, hay mil maneras de conseguirlos-bombo, teclados, percusiones, pianos, guitarras, cajas de ritmos-, y, en el peor de los casos, coges el bajo y el gravas ti, seguro que no serás tan animal de destrozarte un disco ti mismo. La mejor opción para una banda es que haya un bajo sin bajista, y que cualquier músico lo coja cuando parezca que sea necesario. Esto no será tan a menudo como es habitual, un punto al que ha llegado porque hay un individuo que lo tiene colgado y piensa que debe amortizar.
Los únicos bajos que están bien puestos son los de las orquestas, porque hay un compositor que ha escrito, nota por nota, qué hacer. Y, para terminar, un chiste de bajistas que nos contó hace poco nuestro compañero y amigo Albert Pla. "Un contrabajista jubilado recibe una invitación para ir a ver el concierto de Navidad de su antigua orquesta. Interpretan la Quinta sinfonía de Beethoven. Termina el concierto y está tan flipado que va a saludar el contrabajista nuevo que la ha sustituido.-No te lo creerás-le dice-, mientras nosotros hacemos «bum, bum, bum», todos los demás hacen «cha-cha-cha-txaaan!
http://www.ara.cat/opinio/firmes/joan_m ... 89348.html
No lo he encontrado colgado, a lo mejor me repito, pero no tiene desperdicio.
Yo me imagino que el tio este lo que ha querido es estar en boca de todos, pero bueno, yo lo posteo para que haya un nuevo elemento al que crucificar.