"...Si es que no hay nada más bonito que un T-40.."
¡¡¡¡ Cieeeerto !!!
Me uno al club de faaaaans del T-40: La única secta a la que estoy dispuesto a pertenecer
Pues si
. ¡Lo tengo!
Un Peavey T-40 U.S.A. del 82
.el bajo de mis sueños.
Si algo he aprendido a lo largo de mis años de existencia es que, para bien o para mal, la vida da muchas vueltas. Como decía Pedro Navaja (matón de esquina) La vida te da sorpresas
sorpresas te da la vida y esas sorpresas a veces, incluso, son muuuy agradables.
Si alguien me hubiera dicho, hace apenas año, que hoy yo tendría en mi poder y colgado de mi chepa un maravilloso bajo Peavey T-40 U.S.A. del 82 y que (lo más sorprendente de todo) ¡¡¡ iba a saber medio tocarlo !!!!,
no me lo hubiera creído.
Pues ahí me tenéis posando feliz con esa rotunda y bellísima máquina de rock and roll, el aparato musical más fascinante que ha pasado por mis torpes manos y que ha llegado a mí tras una serie de casualidades (o quizá designios del destino).
El Peavey T-40 era un instrumento mítico allá por mis, ya lejanos, años mozos. A principios de los ochenta España empezaba a despuntar y quitarse el lastre existencial de la dictadura, pero seguíamos siendo aún un poco pobretones. Los buenos instrumentos fabricados en USA (o incluso en Japón), eran caríiiiiiisimos y estaban al alcance de muy pocos. Los modestos aprendices de músicos aficionados teníamos que conformarnos con infames copias de fabricación nacional o las gamas más bajas de los escasos instrumentos asiáticos que llegaban por estos lares.
1982
¡Qué gran año! Por aquel entonces nada ni nadie parecía que podría detenernos, ni como país, ni como personas jóvenes e impetuosas viviendo con intensidad nuestra edad de oro (snif, snif)
Pues bien, 30 años después una de esas inalcanzables joyas ochenteras ha ido a parar a las manos del viejo punky venido a menos Goyo Feroz. Éste Peavey T-40 en concreto perteneció al bajista del grupo punky bilbaíno Los Dalton. Se le ve que ha vivido cientos y cientos de horas de rock, que han dejado su huella en sus venerables y curradas maderas. Al parecer, tras una intensa actividad rockera, el bajo (como yo mismo) ha estado décadas inactivo. Todo un honor para mí recoger ahora el testigo de esos Dalton punkainos e intentar darle caña en ésta nuestra segunda y definitiva oportunidad para el rock,n,roll (para el propio instrumento y para mí). Espero que se me contagie algo de la energía rockera y punky que a buen seguro guardan acumuladas sus nobles maderas
El Peavey T-40 es para mí el Rolls Royce de los bajos (¡Sí,
ya sé que los hay mejores y muuucho más caros, pero a mí me gusta el T-40!).
Tiene una calidad apabullante: cuerpo de fresno americano de tres piezas, magistralmente ensambladas (parecen una sola), mástil de arce con diapasón de arce espectacular, con un tacto suave y sedoso, sonido rotundo, poderoso y versátil gracias a sus dos monumentales humbuckers, que pueden combinarse entre si en serie, paralelo, single o doble
. clavijero, puente, potes y golpeador espectaculares e indestructibles
estéticamente impactante
en fin
un cañón
. una maravilla, que en este caso añade su valor como pieza auténticamente vintage. Me temo como músico no voy a estar ni remotamente a su altura, pero prometo intentarlo.
Este trato me ha servido además para ganar un nuevo amigo Fer: un bajista de pro murciano
gran tipo.
Como he comentado ya en alguna ocasión, he aprendido muchas cosas desde que estoy en esto del guitarreo. Una de las principales es que hay que saber asumir, que (como en la vida en general), uno no siempre consigue lo que desea
pero a veces si je, je.
Atencion pregunta: Puede haber algo más bonito que un Peavey T-40 del 82 con acabado en fresno natural.....
Siiii....Un Peavey t-40 del 82 negro total como el de mi amigo davito.
Estuve a punto de pillar esta joya, pero al final él se arrepintió y se lo quedó (hizo bien).
A raiz de esa pequeña frustación me entro el veneno del T-40, gracias al cual, al poco tiempo conseguí el maravilloso y rotundo bajo que ahora tengo. Si supiera tocarlo, ya sería la hostia; pero todo se andará.